La Agencia Internacional de la Energía (AIE) enfrenta una reacción contraria a su audaz pronóstico de demanda de petróleo para 2030. Según la AIE, la demanda mundial de combustibles fósiles debe disminuir un 25% para el final de la década para garantizar que el mundo esté en curso para alcanzar una economía neta a cero para 2050.
Sin embargo, recientemente Christyan Malek, el jefe de investigación de valores de energía para Europa, Medio Oriente y Africa de JPMorgan, compartió una nota con sus clientes sobre una emergente “superciclo muy volátil” para los combustibles fósiles, donde la demanda se incrementará hasta 2030 lo que, según él, podría desencadenar un cambio masivo en las tendencias globales:
•Un entorno de precios relativamente bajos del petróleo.
•Los combustibles fósiles podrían representar el 58% de la producción de energía primaria mundial en 2030.
•Las inversiones en petróleo y gas podrían aumentar un 40% hasta 2030.
•La producción de carbón podría aumentar un 12% año tras año.
¿Cuáles son las fuentes de esta superciclo emergente?
Las fuentes de este reciente superciclo emergente, como postulado por el Sr. Malek, son varias. La caída de los precios energéticos a nivel mundial desde principios del siglo XXI se ha debido a una multiplicidad de factores, como los avances tecnológicos que reducen los costos de extracción de combustibles fósiles, la expansión del fracking y la presión acumulativa de materiales como el hidrógeno limpio y los biocombustibles. Esto significa que los combustibles fósiles se han convertido en una fuente energética más barata para satisfacer la demanda energética que el medio ambiente sostenible.
Así, mientras que los combustibles fósiles de hoy son más baratos que sus alternativas verdes, esta diferencia seguramente se reducirá con el tiempo, llevando a un aumento en la preferencia de los combustibles fósiles. Esta tendencia puede observarse en el aumento de la inversión en la producción de petróleo y gas, que se descubrió aumentó un 40% desde 2017 a 2019, y se estima que permitirá un incremento en la producción de carbón del 12% anual hasta 2030. Esta situación puede resultar en los combustibles fósiles representando el 58% de la producción primaria de energía del mundo antes de 2030.
En conclusión, el superciclo de los combustibles fósiles emergente se debe a varias fuentes, incluyendo el avance tecnológico que hace los combustibles fósiles más baratos y la expansión de nuevas formas de combustibles e inversiones como el fracking. La combinación de estos factores, junto con el deseo mundial de reducir las emisiones por medio de la adopción de hidrógeno limpio, biocombustibles y tecnologías de batería, significa que la demanda de los combustibles fósiles aumentará durante el próximo decenio, y los combustibles fósiles podrían representar el 58% de la producción de energía primaria mundial en 2030.
¿Qué será la participación específica de los combustibles fósiles en la producción de electricidad?
Esto plantea importantes preguntas sobre la participación específica de los combustibles fósiles en la generación de electricidad. Los datos sugieren que el Carbón tendría una participación importante en la producción de electricidad, con algunos pronosticando que el combustible fósil para la generación de electricidad representaría el 38% de la generación eléctrica primaria global para 2030. Las proyecciones de la AIE también predicen que el gas natural ocupará el segundo lugar como combustible para la generación de electricidad para 2030, con una participación del 28%, seguida por los combustibles renovables con un 19%.
Estas predicciones sobre la demanda de los combustibles fósiles para la generación de electricidad se basan en factores como los costos de energía, las expectativas de las empresas, los cambios normativos y la necesidad por parte de algunos países de mantener el combustible como parte de su economía.
Además de estas consideraciones, el auge en la producción y uso de energías renovables, la creciente popularidad de la electrificación de la economía y el menor costo de la energía renovable, plantean desafíos para los combustibles fósiles, particularmente para el carbón. Esto sugiere que la participación específica de los combustibles fósiles en la producción de electricidad será un factor en constante cambio en las próximas décadas.
¿Quién es el impulsor de esta tendencia?
Christyan Malek es el impulsor de esta tendencia. Su nota sobre una emergente “superciclo muy volátil” para los combustibles fósiles lidera la conversación sobre la demanda mundial de combustibles fósiles para 2030. Malek indica que el entorno de precios relativamente bajos del petróleo sugeriría un aumento en la demanda para los combustibles fósiles, lo que impactaría significativamente en la producción de energía primaria mundial.
De acuerdo con la visión de Malek, los combustibles fósiles podrían representar el 58% de la producción de energía primaria mundial en 2030. Además, este promedio de aumento anticipado se extiende a las inversiones en petróleo y gas, que se espera que aumenten un 40% hasta 2030, así como a la producción de carbón que se espera aumente un 12% año tras año.
Aunque el pronóstico de la AIE es una posición polar opuesta a la de Malek, el liderazgo de su visión con los precios bajos del petróleo, la producción de energía primaria mundial y las inversiones en petróleo y gas está cambiando la narrativa sobre lo que se espera para la demanda mundial de combustibles fósiles para 2030. Esto hace de Christyan Malek el principal promotor de esta tendencia, haciéndole un nombre importante en el ámbito de la energía.